En una carta enviada este lunes, os senadores estadounidenses Chuck Grassley y Joni K. Ernst pidieron a Katherine Tai, representante comercial de la Casa Blanca, que Estados Unidos inicie un proceso de consultas con México para tratar este asunto.
Los senadores estadounidenses Chuck Grassley y Joni K. Ernst pidieron al gobierno de su país iniciar el proceso de solución de controversias en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) debido a restricciones del Gobierno mexicano al uso de maíz transgénico.
El 31 de diciembre de 2020, México publicó un decreto en el Diario Oficial de la Federación (DOF) en el que se pide la eliminación progresiva del uso del glifosato y el maíz transgénico para el consumo humano en México.
Actualmente, México importa alrededor de 40% de sus necesidades totales de maíz. De acuerdo con ese decreto, el maíz transgénico para consumo humano será eliminado a más tardar el 31 de enero de 2024.
En una carta enviada este lunes, ambos senadores pidieron a Katherine Tai, representante comercial de la Casa Blanca, que Estados Unidos inicie un proceso de consultas con México para tratar este asunto.
“Le escribimos para expresar nuestra preocupación por la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de prohibir las importaciones de maíz biotecnológico a México para el año 2024. Esta promesa contradice directamente las realizadas anteriormente por el gobierno mexicano a los Estados Unidos, contenidas en el T-MEC”.
Iowa es el estado líder en producción de maíz, con un cultivo de 2,500 millones de bushels al año.
Los productores de Iowa exportan 16 millones de toneladas, o 630 millones de bushels, de maíz a México cada año.
Cualquier interrupción de estos envíos afectará gravemente a nuestros agricultores y a la economía del estado, y tendrá consecuencias económicas nefastas para todo el Cinturón del Maíz”, dijeron Grassley y Ernst.
Según ellos, el decreto del presidente Obrador no sólo es un fracaso para los agricultores de Estados Unidos, sino que también es imposible de implementar.
Dado que 92% del maíz que se cultiva en Estados Unidos es transgénico, los senadores arguyeron que incluso suponiendo que se pudieran obtener semillas no transgénicas, los agricultores de lowa y de todo Estados Unidos ya están pidiendo bolsas de semillas para la siembra de la primavera de 2023.
“Las semillas compradas este otoño seguirán estando en los canales de distribución de grano hasta 2025. La mayor parte de ese maíz es, y seguirá siendo, maíz biotecnológico que nos permite conservar el suelo y reducir los insumos”, agregaron.
Un estudio realizado por World Perspectives, Inc. descubrió que durante un “período de previsión de 10 años, la prohibición mexicana del maíz transgénico haría que la economía estadounidense perdiera 73,890 millones de dólares en producción económica, y el Producto Interior Bruto (PIB) se contraería en 30,550 millones de dólares”.
En el primer año de la prohibición de México, los cultivadores y socios industriales estadounidenses de maíz sufrirían pérdidas de 3,560 millones de dólares, seguidas de una pérdida de 5,560 millones de dólares en el segundo año. Este descenso económico también provocaría la pérdida de 32,000 puestos de trabajo en Estados Unidos.